Cuando usamos combustibles, producimos CO. Otras fuentes de CO incluyen casi cualquier objeto con motor, plantas eléctricas que utilizan carbón, gas o petróleo, e incineradores de basura.
Dentro de casa el CO puede provenir del horno, del aparato de la calefacción o incluso del humo de un cigarrillo.
Se emite más monóxido de carbono al aire durante los meses del invierno. Esto es porque el combustible es consumido con menos eficacia a bajas temperaturas. Además, el aire se estanca más cuando el medio ambiente es frío. Cuando el aire se estanca no se mezcla bien, por lo tanto se queda en el medio ambiente y contamina.
¿Quiénes corren riesgos?
Las altas concentraciones de CO pueden existir en ciudades con mucho tráfico. Gente que pasa los días en las calles pueden respirar más CO.
Personas con enfermedades cardiovasculares o respiratorias pueden experimentar efectos de salud más graves.
Los niños son más débiles debido a que sus pulmones no están desarrollados completamente, respiran más rápido y pasan mucho tiempo al aire libre.
A personas sanas el exponerse a CO puede afectar su vista y su agilidad mental.
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